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Archive for junio 2008

Cerrajero

Rompí la llave en la chapa -se dobló como si fuera de queso- entonces la mitad quedó dentro y hubo que esperar hasta hoy en la mañana para ir donde el cerrajero. Escogí el que quedaba más cerca, en parte para que me dijera rapidamente que sí y me cobrara menos, y sobre todo para no tener que caminar mucho rato con él en silencio. Es uno que está al lado del Metro Católica en un rectangulo inverosimil de 2,5×1 mt. Recuerdo que un día estuvimos especulando (con Felipe ) larga y ociosamente acerca de cómo se sentiría ese tipo ahi dentro, ¿estaría preparado para ser astronauta por ejemplo?, ¿estarian los conserjes y los quiosqueros más preparados que el ciudadano común para soportar la presión de estar clavado a un lugar asfixiante?, terminamos hablando sobre cómo sería vivir en un espacio asi y de cómo tendrian que ir dispuestas las cosas, nuestras cosas. Y bueno, el caso es que me dijo que sí, acepté la oferta de 4 mil pesos por sacar la chapa y caminamos hasta aca. Para salir del cubiculo y cerrar la puerta tuvo que hacer unos movimientos de tetris notables. En el camino le hablé sobre la puerta y la llave y estuve en todo momento tentado de preguntarle si se sentía preparado para ser astronauta. Y luego, mientras él trabajaba y yo lavaba la loza, estuve tentado de servirle un café o algo. Incluso puse el hervidor, pero cuando me decidí a decirle ya habia terminado, demasiado rapido y sin siquiera sacar la chapa.

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1

Casualmente, y en distintos momentos del dia, veo monjas pasar por la calle. Son todas más bien feas: ni cara angelical ni belleza exótica ni belleza endótica. Rostros sin atributos, cuerpos enjutos. Ni siquiera hay que ser tendencioso para establecer ciertas relaciones.

2

Le comento eso último a mi mamá mientras compramos cuellos, guantes, pantis, y ese tipo de cosas de luca que venden en la vereda. No hay respuesta, seguramente porque encima de eso le empiezo a decir que uno podría tener una opción en el organismo para ocultar el rostro, así como en el msn uno puede o no poner avatar. Compramos dos pares de guantes y dos cuellos. Compramos clavos y pasteles. Y después de todo le digo: “que bueno que no eres una vieja de mierda gorda y horrible como esas que van ahi, te quiero”.

3

Durante estos días que he estado en Curico un acontecimiento para mi sin importancia ha traído medias preocupadas a las mujeres de la casa (mama, abuela y tía). Sucede que el otro dia un montón de vagabundos se tomaron la casa del frente que esta vacía y semidemolida. Pasaron como en ese cuento de Bukowski en el que cientos de vagabundos entran a dejar la cagá en un mall, con sus colchas, bolsas y perros. Y por eso aca están preocupadas, por que pueden robar o morirse en la calle o hacer vagabundidades como por ejemplo quedarse tendidos en el borde de la vereda sin ningún propósito o andar caminando lento y hablando en voz alta en una especie de lenguaje no aconsejado por los medios de comunicación. Apenas me consultaron yo les dije que mientras no molestaran daba lo mismo, que esperaran hasta la noche y, si había escándalo, llamaban a los pacos. Pero no han hecho nada. Un perro de mierda ladra en la noche cada vez que pasa alguien, pero da lo mismo, aca nunca pasa nadie. Además, si aquí dentro, con estufa y doble pantalón, hace frío, encuentro natural que alguien a la intemperie quiera ocupar un sitio vacío. Y nada de esto quiere decir que me importen activamente los pobres.

4

Curico Unido le gana a Pto. Montt y después Chile hace lo suyo con Bolivia. Es el dia del padre y estamos en el estadio. Yo se que no espera nada de un dia como este. Y es que, en general, cuando le pregunto qué espera, o no me dice nada, o pasa a otro tema, o bien me dice que espera finalmente morirse, sin tono apocalíptico ni nada, ni siquiera con algarabía, no: morirse como un trámite no más, como una siesta, morirse contra el trabajo. Pero yo no le digo que a veces pienso lo mismo por que yo no trabajo todo el dia sino que veo la Eurocopa y leo una que otra fotocopia y, en el fondo, no quiero morirme sino vivir con una dosis saludable de negatividad, cosa que tampoco le digo, por que no se si esté bien decir la palabra negatividad en un estadio en el cual, como todo estadio, se vive en común la afirmación anímica y la positividad simbólica, es decir, emocionarse cuando el equipo sale a la cancha aplaudir ver los humos albirrojos y toda esa cosa en la cual creo durante dos horas. Asi que en el estadio no hablamos de determinaciones de la universidad en mi caso o del trabajo y la salud en su caso; ni menos se habla, por supuesto, de las teorias de la identificación masiva como un fenómeno estético-fascista. Y bueno, a medida que va entrando la gente él me dice “este era defensa de Chile el 82”, “estos son de tvn”, “este que viene ahi es el diputado xxxx”, etc. Mientras tanto, Julio Cesar Rodríguez esta en el medio de la cancha y se pone la camiseta de Curico y empieza a dar una vuelta olímpica. No veo a nadie más riéndose aparte de mí.

5

Cuando llegué mi hermano (9 años) estaba aquí en el pc viendo en youtube videos de chayam, meneándose unos segundos y balbuceando la letra. Al verme se paró del asiento y me pego con vergüenza y luego con risa. Igual se movía mejor que yo (en el supuesto de que alguna vez me moviese al ritmo de chayam).

6

“¡Pero niño por dios como se hace eso!”, me dice la señora del asiento del lado en la peluquería. Estoy pelándome al rape y ella se está haciendo unas complicaciones en la cabeza.

-Curicó, Junio del 2008-

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Oscilar entre la personalidad y la impersonalidad. Sospechar tanto de la intimidad que produce el más simple anecdotario cotidiano como de la objetividad de quien, por temático, se anula. Volverse relato que ya olvidó su mito de origen. Y estar ya tan programaticamente vuelto sobre sí que reflexionar vendría a ser algo así como salir corriendo tirarse al suelo aleteando y, en el espasmo de la risa, saber y, después, dejar de saber. Habiendo ya olvidado la primera escritura, la de los 16 años, la auténtica y creadora, esa que uno releía con asombro, justo ahí, dos opciones: contarlo todo como intencionado, previsto, anticipado, referido a un centro experienciador, o bien contarse contando, desechar cualquier inmediatez indecible, retroceder fenomenologicamente en una especie de literatura imposible.

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Ontologia del aguebonamiento

Me quedo en una sola posición
harto rato
se me olvida que
hay que moverse
entonces crujo
entonces me paro crujiendo
y quedo inútil y largo
traspasado por una posición firme e indeterminada
a punto de hacer como que ordeno
o tomo
o boto
algo

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Un esfuerzo esporádico por ajusticiar los días en los días
siempre al final y tarde cuando cesa el ruido y el comercio cierra
habitamos los insterticios cálidos de esta
nuestra inoperante juventud
abrimos un comercio de residuos anímicos
que el día ya no pudo masticar.

Sin mucho qué decir
una calle vacía nos comenta
un frío nos camina.

Entonces nos detenemos en la apertura de una cortina
cual herida que deja ver los intestinos de la planta baja de un edificio: a media luz un anciano en un living
sin televisión ni artefacto distractivo alguno
yace en un sillón yace ahí para siempre.

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