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Archive for febrero 2012

primera vez

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enero

Uno de enero siete a eme y de algún modo terminamos viendo la vida acuática de Steve Zissou no estoy tan ebrio tampoco fumé tanto termina la peli no alcanzamos a oír life on mars de seu jorge seguimos haciendo un zapping nada convincente hablamos o más bien balbuceamos sobre películas y series y me agrada cada vez más se duerme la oigo roncar es bonita y mientras más ronca más se humaniza y más me gusta está casi en posición fetal yo boca arriba como un muerto mirando el techo y el hecho de que siga roncando mientras suena su celular que puse encima de su cara para ver si contesta hace que me den ganas de despertarla de un injustificado abrazo o beso en la frente que de pelotudo no le doy.

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“Esta mañana debo escribir con mucha urgencia una carta “importante” –de la que depende el éxito de cierto negocio-; pero escribo en su lugar una carta de amor –que no envío.” (Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso)

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Parece que ahora que hago el word para este año 2012 comienza realmente el año.

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Cada fin de año el mismo meil de wordpress con la misma analogía gueona. “La sala de conciertos de la Ópera de Sydney contiene 2.700 personas. Este blog fue visto cerca de 10.000 veces en 2011. Si fuese un concierto en la Ópera, se necesitarían alrededor de 4 actuaciones agotadas para que toda esa gente lo viera.”

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La sensación de ir avanzando etapas en Donkey Kong Returns ¿En qué otro ámbito se avanza tan claramente? La música me lleva a la infancia y adolescencia también dándome vuelta el Donkey Kong country uno y dos y tres.

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“Por cultura se ha llegado a entender cualquier cosa; es cuestión de encender el televisor, hojear las revistas y los periódicos. Desde el momento en que se niega la cultura en tanto conjunto de instrumentos críticos que cuestionan la realidad establecida en todos sus niveles, se la confunde con los concursos televisivos en que la hiperpareja gana un aparato televisor enumerando de memoria veinticinco capitales del mundo o catorce marcas de automóviles. En un ambiente “cultural” acrítico como el que vive Hispanoamérica, cultura es el saber de cualquier cosa, memoria, ornamentación y folklore, opera. La música, que es muda, y el ballet, que también lo es, triunfan. Sobre todo la opera, ese espectáculo para anticuarios, ridículo y fascinante”
(Enrique Lihn)

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Cuando como que te gusta alguien que no sabe o hace como que no sabe. Los turnos implícitos. No poder decir «te toca». Y así se disuelve. Y pocas veces es algo trágico o triste o lamentable porque ¿qué se perdió?

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Ejecuto el Ccleaner: 12 gigas de basura. Elimino unas 20 personas de facebook: quedo en 234 amigos. También estoy pensando en cerrar el twitter hasta que haya algo decente que decir, es decir, hasta que comiencen las marchas nuevamente en marzo por ejemplo. Con el blog y facebook y gtalk basta.

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Leyendo los diarios de Bertoni de 1972-1973 no puedo evitar ir poniendo en youtube cada canción que menciona “Star eyes era una especie de luz un prolegómeno de amanecida de lucecita europea en ciernes muertos de frio como íbamos sin desayunar silbando ella star eyes de Parker desafinada y yo envuelto abrazado a mi sueño más feliz lo de que podría decir.” También descargué todo lo que pille de un tal Marion Brown y no entiendo cómo no lo había escuchado antes y me pregunto cuánto del jazz que me gusta aún no conozco.

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En la wii con zapatillas y chor para ser nadal mismo y le pongo mas color del necesario para pegarle a la pelota y sudar troto día por medio en el estadio la granja los días de semana por la alameda el fin de semana leo bien poco para qué andar con cosas sobre todo leo cuestiones que indirectamente me sirven para la tesis pretendo empezarla realmente a la vuelta de la montaña a veces viene Bruno a veces voy yo estudiamos fumamos en el patio jugamos winning eleven y en la noche sagrado una película con un té y algo liviano y eso además de estar a cargo de la casa en el día y eventualmente ir a la feria o al super o ayudar a mi mamá en tramites es lo único que hago acá en Curicó y seguramente por eso es que cuando me preguntan que qué estoy haciendo no tengo nada concreto ni socialmente relevante que decir.

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Troté todo el Impulse! de Coltrane. Sentí que fue una hora pero llego acá busco un google la duración del álbum y son solo 48 minutos. Hay algo atrapante en correr en círculo. En la tarde noche siempre hay garzas y otro tipo de pájaro como pelicano posados en la cancha. A veces se encienden las regaderas justo cuando voy pasando. Y a veces sí quiero mojarme y justo se apagan ¿será el guardia o son automáticas?

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Morven Callar, recién, en la tapa se veían hartos de esos premios que hacen que uno confíe en las películas. No hay que creerles tanto.

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“El yo es la nada. Pero no tengo derecho a saber eso. Si lo supiera, ¿dónde estaría la renuncia?” (Simone Weil, El conocimiento sobrenatural) /

BAÑOS MORALES

Apenas llegamos, primera conversación con D: La historia del fracaso es infinita.

Viernes 20. Así es estar lucido. Paso de la fumada mañanera. Paso rotundamente. Fue un micro pánico y locura en baños morales. Apenas llegamos ¼ de trip mg cerveza whisky y salir a recorrer. Por la tarde largo rato en horizontal viendo mecerse los arboles. El sol ilumina solo ciertas hojas que están en la dirección correcta y las vuelve –una mariconada, pero es lo que sentí en el momento- gotas de agua.

Un pick sostenido al que se entra sin nunca tener la sensación de haber entrado progresivamente. Sin inquietud. Sin posibilidad de cuantificar. Aunque, primer indicador cualitativo: no importa la música que venga, hay una sensación contundente de que el momento en que se discute por la música debe desaparecer de la faz de la tierra. Al principio, risa, mucha risa. Es cierto que se podría morir de la risa. Debo salir fuera de la cabaña para parar de reírme, ¿de qué?, ni idea.

En algún momento me duermo. En algún momento despierto y la cabaña está vacía. Maní aceitunas un pedazo de jamón que termina pareciendo un corazón que cómo no van a dar ganas de tomarlo con la mano y despedazarlo a mordiscos. Solo picoteamos, no cocinamos en ningún momento del día.

Entonces paso de la fumada mañanera, ganas de estar más dispuesto a leer, llega L, antes que nada le advierto que a ratos caemos en estados vegetativos de diez o más minutos. Quiero leer más, ya casi me termino el diario de viaje de Herzog y… hace buenos documentales Herzog. Juegan scrable y también es aburrido desde fuera. Cada turno demora demasiado. Me siento un poco responsable por L así que dejaré de escribir.

Mañana necesito despertar antes que todos para leer al menos una hora. Simone Weil ni ha salido de la mochila, en cambio me terminé el Herzog y ni un brillo. Hace falta una excursión, sudar, salir, algo; estamos muy pajeros acá (recuerdo ahora que anoche llegaron los papás de nico a la 1 am recién nos habíamos acostado y tuvimos que salir disparados a guardar la pipa de agua de D y luego ya acostados de nuevo me quedo grabada la frase de la mamá de nico que en un momento dijo “¿salgamos afuera a buscar dificultades?”)

“A fuerza de replegarme sobre mí mismo, hago un curioso descubrimiento: el resto del mundo rima.” (Herzog)

Viernes. Termas. Pasamos todos con el cupón como si fuéramos familiares de nico. Primero en la helada y luego en la caliente. Harta gente vieja sintiendo que está en la fuente de la eterna juventud embarrados hasta las gueas con esa cosa amarilla diarreica. Lo de siempre. Los ingredientes hacen que piquen las axilas y otras partes. Hago pichi adentro e imagino que todos están haciéndolo y me alegra que así sea. Dentro de tanto sodio y guebadas naturales que trae el agua, qué diferencia va a hacer un poquito de pichi? Un día tranquilo.

En la tarde-noche, 40 minutos de trote con Bruno. La altura ataca altiro. Terreno irregular, piedras, subidas, caballos. Cuesta encontrar el ritmo. Al final nunca lo encuentro. Los turistas nos miran con preocupación.

Lo que debería matarnos o salvarnos: ver el objeto y el proceso mismo de ver al mismo tiempo.

Sábado no sé cuánto. Un parlante redondo en el bolsillo con Taraf de Haidouks y vamos todos caminando rápido diría que al ritmo de la música botella en mano algunos ni un alma en el pueblo llevamos linternas y cada vez caminamos más rápido quién sabe hacia dónde en cualquier momento aparece la banda de músicos gitanos tocando y corriendo a la vez como en las películas de Kusturica. Luego yo solo no sé cómo perdido con un enguindado en la mano no se ve absolutamente nada todos los pasajes son iguales camino al azar miro las estrellas y trato de guiarme al final me siento en una piedra a dar sorbos y me digo que tengo que ponerme un poco más ebrio para encontrar el camino a casa y efectivamente así sucede y cuando llego no le cuento a nadie que me había perdido.

Domingo. Llega B, trae mucha comida y ½ trip para cada uno. Veamos qué pasa.
Mucha ansiedad y expectación, “¿ya te hizo efecto?”, “¿sentís algo?”, “esta guea no funciona”, “nos cagaron”. Bruno dice que ya sintió una leve señal y que esperemos. Ya, chaman. Salgo. “Salgo a buscar señales, alguien va?”. Pero nadie me sigue. Llego hasta el cabrerio en el que ya no hay ninguna cabra. Me tumbo en una piedra a recibir el sol que con todo el viento que hay nunca pega tan fuerte. La secuencialidad se pierde. Pero se gana una percepción continua, nítida, sin forados; no vale la pena explicar eso, supongo. Movimiento y atención; un tren que construye su estación al parar en un lugar x. El lenguaje me lleva por delante. La conciencia de haber usado tal o cual palabra llega después de la palabra. Realmente no entendía cómo podía estar hablando cuando hablaba, pero lo hacía, y al parecer mantenía cierta verosimilitud.

Bruno y David están metidos adentro de un árbol-arbusto. Totalmente adentro. Se ven los ojos y las manos y en realidad parecen cómodos. “¿Quiere pasar?”, me dice Bruno.

En el río Bruno tiene un extraño bicho verde en su brazo. Lo ponemos en una ramita del porte de un dedo. Tomo la ramita por un extremo y al otro lado el abismo. Hacia allá camina el bicho, admira el vacio, y vuelve, y mientras vuelve tomo la ramita del otro extremo y el bicho nuevamente se encuentra con un abismo. Y así, sucesivamente, unas 4 veces. Con Bruno no podemos estar más maravillados. La naturaleza está diciéndonos algo. Entonces el bicho comienza a camuflarse y acto seguido, a sacar alas, pero le cuesta o pareciera que no es llegar y volar, porque antes de hacerlo se da un par de vueltas más encontrándose siempre con el mismo abismo. Al final, cuando decide volar, se tira contra Bruno, específicamente contra su boca abierta riéndose que debe cerrar rápidamente para no tragárselo. Quedamos recagados de la risa.

Tanta comida en la mesa de tantos colores que parece un cumpleaños todo gracias a la Betania.

Lunes. Esa cara de los caballos. Largo rato mirando a uno. Esa cabeza tan grande y la mirada tan boba y pura. Está lleno de animales que por cómo les termina la boca dan la impresión de que estuvieran siempre sonriendo o al menos soltando una mueca a lo monalisa que según yo quiere decir que todo lo que proyectemos sobre ellos es incorrecto y los gueones nos superan en espiritualidad.

Hermano de Nico que construye un sauna. Cualquier cosa de la que estemos hablando él tiene el dato certero como si tuviera un sono pronter o un google en su cerebro. Entonces construye un sauna casero. Miedo a explotar o morirnos todos ahogados dentro. Entramos todos al final. Y funciona. Cuando queremos un super calor se le echa agua a unas piedras con una tetera y parados arriba de las sillas recibimos el vapor. Nos echamos sales y exfoliantes y la piel se siente bien.

Llueve. Sol. Llueve. Sol. A ratos ambos. Recién se fue Bruno y el hermano de nico quien no sé porqué ya no apareció más. Deambulamos sin saber qué hacer. B se duerme en el gran sofá del miniteatro del living. Lavo toda la loza y limpio el piso del baño que quedo mojado con el improvisado sauna. Leo sin ganas y lo dejo. Miro deambular a David. Me pregunto y nos preguntamos qué tiene nico exactamente. Salgo a echar una mirada al pueblo y miro a la gente sentada afuera de los pocos negocios y quioscos y egoístamente pienso “al menos yo puedo irme en cualquier momento”.

Y se le fue la van al David. Un minuto tarde. Estábamos en el sauna. Nico no aparece por ninguna parte. Por la noche scrabble y carioca. Hoy no bebemos. Pan con mantequilla (que acá cuesta 1500 y el pan que se supone que es amasado pero nó a 150) y té de sabores. Nos dormimos antes de las 12 en la cama gigante con B y D. Nico aún sigue en la otra cabaña y pensamos o yo en realidad les digo que en cualquier momento va a llegar con un hacha a matarnos a todos.

Este frio montañoso que entra por las piernas mientras estamos en cóndor me da diarrea instantánea. Soy el que más veces ha ido a cagar, creo.

Bajo el poncho no hay olor. Me gusta éste poncho. Siempre he querido uno. Hace que de lo mismo como una vaya vestido abajo. Y esconde el olor que se va juntando acá tras días de bañarse rápido y mal con agua helada.

Martes. Soñé que llegaba a Curicó y sólo tenía 3 notificaciones nuevas en facebook. Sueño culiao.
Aparece Nico. Estuvo desde ayer en la tarde en cama en la otra cabaña pensando en la tesis así en su mente no más sin luz incluso mirando el techo. Eso me dijo al menos. Despierto a las 6am y luego cada una hora. A las 9 pongo el agua y el pan y todo y les grito ya está listo pero no vienen y subo a cóndor así se llama el mirador que está entre las dos cabañas o en realidad más cerca de la cabaña que justamente se llama cóndor (la de abajo, en la que estamos, se llama libertad). Café de máquina y tostadas y avanzo en el evangelio según Jesucristo. Una escritura muy reculiada como en parábola que no me convence pero sigo para ver si es como los caballo de troya de JJ Benítez que leí cuando chico o qué. Voy en la parte en que Herodes manda a matar a todo primogénito menor de 3 años y José que oye el rumor cagado de miedo no atina ni a salvar a los niños de Belén ni a sacar a si propia familia de dónde estaba (pero igual Jesús se salva, obvio).

David y Betania parten en la micro. Quedamos solo Nico y yo. Salimos a buscar una encomienda que mandaron los papas de nico con alguien que subió.
Cae la noche. O sube. O entra desde todas partes. A la luz de las velas unos completos falsos en pan redondo y un poco de arroz chaufan también falso que sobró del almuerzo con una vienesa y jugo y al final un té y un ajedrez que gano pero sé que es porque Nico no tenía ganas de jugar.

Expedición infructuosa. Sabemos que a quienes vamos a buscar no han subido porque ya los habríamos visto aún así hay un 5% de posibilidades y en realidad necesitamos una excusa para salir a pasear. En uno de los quioscos hay luz, mesas, cueca, y gente reunida. Unos cuantos niños corretean y gritan en la penumbra. Cuando pasamos uno de ellos dice “estoy curao, estoy curao” y cae tendido a nuestros pies cerca del rio haciéndose el ebrio y sus papas o alguien que cumple esa función lo retan.

Miércoles. Anoche unos ruidos extraños afuera. Pasos. Con los ojos abiertos es lo mismo que con los ojos cerrados. Miedo. Insomnio. Me duermo con la caja de fósforos en la mano por si hay que prender rápidamente la vela. 28 años y aún susceptible de ese temor agueonao que no tiene que ver con nada. Despierto al amanecer pero sigo hasta las 9 ¿Por qué quiero tanto levantarme con el amanecer?

A diferencia de antes todas estas noches he soñado acordándome claramente en la mañana de qué fue lo que soñé y también claramente olvidándolo a propósito al rato porque eran sueños bien fomes la verdad.

Después del desayuno, tumbados. Paso de un libro a otro y luego nada. Un caballo parado varado en medio del pueblo. Tiene pura pinta de estar perdido. Como que va a avanzar y se arrepiente.

Decidimos vegetar hasta que empiece a caer el sol directo del mediodía; luego, limpieza y orden exhaustivos. Rincones y vasos y revistas a los que parecía que nadie había accedido en meses. Después de una hora de ajetreo, el premio: pizza de jamón ahumado y zapallo italiano. La cabaña se ve limpia y ahora ya sé dónde está cada cosa.

¿Habrá pasado algo importante en el mundo durante esta semana? ¿Habrá comenzado alguna guerra, alguna revolución? ¿Qué nueva cagada se habrá mandado el gobierno? ¿Iba a jugar chile un amistoso por estos días o nada que ver? ¿Y cómo estarán en la casa? Los echo de menos. Ganas de oír la voz materna que diga que, al menos, todo va como siempre ¿Se imaginará mi hermano chico que pienso en él y que echo de menos ver películas inspiradoras como El Transportador o Los Indestructibles con él en la noche? ¿Qué estará haciendo Bruno ahora? ¿Habrán hecho ya esa estupidez de embaldosar toda la alameda en Curicó? ¿Cuál habrá sido el invitado estrella de tolerancia cero el domingo? ¿Habrá en la bandeja de entrada algo que valga la pena leer?

¿Y por qué esas dos turistas que a simple vista parecen gente-como-uno no suben derecho hasta acá tiran sus bolsos al suelo y se tumban como nosotros en los sillones que quedan ah?

Llegan los maestros que Nico andaba buscando antes, están aburridos, quieren una pelota, ambos jóvenes, el de 18 o por ahí me cuenta que jugó en las divisiones menores de Curicó Unido, repite unas tres veces que jugó también en las inferiores de la Católica, se sacan una cerveza y una cola y ahí donde se están quedando hay un maestro más viejo que está siempre sentado en una silla de playa y hace comentarios como de maestro zen. Sacamos una pelota que estaba en un antejardín de gente que Nico dice conocer. En realidad él la saca. Peloteamos al medio del pueblo mientras atardece. Al principio un perro se mete a jugar al tontito y nos quita la pelota un par de veces. Luego ya no se ve nada y me tuerzo el tobillo. Solo yo y nico nos tropezamos varias veces y le pegamos al aire en vez de a la pelota.

Ultima noche. Sorbos de ron tibio directos de la botella en cóndor mirando las estrellas. Nico me termina contando sobre x que le gusta de verdad y le animo y le digo que es bien factible

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Me traigo El guardián entre el centeno de Feli. Leo la mitad en el bus a Curicó y me lo termino al día siguiente. Se lee rápido pero no es que sea tan bueno. De hecho Holden termina cayéndome mal. Tan incomprendido, deprimido y típicamente impulsivo. Pero se sostiene porque tiene 16 años. No sé porqué tenía la impresión de que la novela debería haber terminado en suicidio.

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Troto casi todo el sweet earth flying the Marion Brown. No me gustó mucho. Muy Miles Davis en su última época. Me gusta el jazz o desenfrenadamente rápido o bien como Coltrane con ritmos silbables y seguibles como My favorite thing por ejemplo. Hay un jazz fusión que es bien como las gueas; un despelote como por cumplir no más.

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“Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde del precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecería una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.”
(El guardián entre el centeno, Salinger)

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