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Archive for diciembre 2010

“Estoy perdido, si no finjo estar perdido”
(Jean-Luc Godard)

150 páginas lleva este diario, 212 el del 2009, 362 en total, podría hacerse algo igual, organizar, seleccionar, editar, agregar, mentir incluso un poco para que parezca una historia decente, interesante, una carrera de relevos que empieza con un ser nulo y termina con un hombre hecho y derecho, que no es el caso pero, a quién le importa, a nadie le interesa que haya o no historia, que haya o no un mejoramiento moral. Lo que importa es el modo de contar, dicen. Aunque ni eso importa a veces. Además, ni siquiera sabría decir cuál modo es este modo, por no decir estilo, que me parece una palabra detestable que más oculta que expone. El estilo, esa facilidad para instalarse e instalar el mundo, ¿eso es el hombre? ¿Esa sospechosa adquisición por la que se elogia al regocijado escritor? (…) Intenta salir. Ve lo suficientemente dentro de ti como para que tu estilo no te pueda seguir” dice Michaux, pero ¿arrancar hacia un centro impersonal para quedarse allí para siempre, callado, de piedra, irrepresentable, o bien para, desde allí, mover los hilos de la propia biografía (como titiritero de sí)?, ¿Y corro acaso con suficiente prisa, con suficiente destreza, como para no dejar que mi estilo me alcance y me convenza de que puedo montarlo como a un caballo y así correr más firme y rápido sin cansarme? ¿Y de qué es lo se que cansa una representación: de su cercania con lo real, de su lejania; de su cercanía consigo misma, con las otras representaciones? ¿Y, en cualquier caso, hacia dónde se supone que va corriendo esta escritura? ¿Arranca o persigue? No sé y mientras menos se sabe parece que mejor se desliza. Se escribe y se le deja por un buen tiempo, hay meses de párrafos gigantes y luego periodos de no más de tres líneas por día, y algunas semanas nada, a veces un mail desata el nudo, a veces una película, y se le da duro por años a la poesía (y quizá por eso es lo que primero se gasta), luego relatos siempre incompletos, conatos de novelas, y el diario de vida como una columna vertebral, como el intento sistemático de una lejanía que nos proteja contra la repetición que muchas veces es la forma misma en que producimos y nos acostumbramos a esta lejanía y ahí la escritura se mete en un circulo bien fome bien individualmente terapéutico y feo y hay que zafarse no sólo porque se vea y sienta mal y uno se aburra de antemano y prefiera salir a caminar o prender la tele o lavar la loza en vez de escribir sino porque HAY que avanza,  independiente de si la propia vida avanza o no, esta cosa tiene que avanzar hacia la desconexión entre el texto y el autor, que tal relación jamás se vuelva un dato, un punto de partida. ¿Cómo no tenerle fe a esa escritura que, como decía Bukowski, te lleva por delante? Y aquí más que una veloz carroza tirada por fuertes caballos imagino una señora llevada a la rastra por su olisqueador y curioso perro que le ha sacado a pasear a ella a través de la creencia que ésta tiene acerca de la propiedad de ese perro. O cuando las frases se conectan entre sí y da igual que uno sea uno. “Todo cuanto en mí es valioso precede sin excepción de más allá de mí, y viene, no como don, sino como préstamo que debe ser renovado sin cesar” (Simone Weil). Entonces leer y escribir como continuo relevo, como préstamo y renovación, pero de qué. Derrida -que uno no sabe nunca de qué cresta está hablando pero igual algún sabor deja- nos dice que “escribir es saber que lo que no se ha producido todavía en la letra no tiene otra morada” Y agregamos: el único antes es la gratuidad de la próxima línea. La inutilidad de la próxima línea. La posibilidad de restar poniendo, y restar y restar hasta que al final siga quedando algo, pero nunca nada que sea un algo persistente que resistió la tormenta, no, porque se escribe contra sí mismo, en el mejor sentido posible: no contra sí mismo, no contra Rodrigo Fernández, sino contra el sí mismo que me habita pese a la lejanía de sí que soy, pero tampoco en contra como oposición sino que – y tengo que parafrasear un subnick de F.K. para decirlo como se debe- sino que, habitando el límite en vez de traspasarlo. Y si suena media ondera la frase lo siento mucho pero es así, así están las cosas, así está la época, traspasar el límite es una cuestión previsible y en cambio habitarlo es un acto que permea mejor la cobertura espectacular del mundo. Y quizá la escritura sea eso: la fe en que habitar ese límite es una de las inutilidades mas útiles que tenemos a mano. Así que leo mis poemas de los 17 años, comparo con ahora, y hay avances. Notables avances. El principal avance es que ahora ya no escribo poesía. A veces veo al azar blogs de poesía y me pregunto cómo es que se atreven. Pero se atreven. La escritura no vigilante se atreve a todo. Pero yo también me atrevo a muy poco. En general. En muchos sentidos. Necesito el atrevimiento de los otros. Nos afirmamos y negamos en los otros creyendo que cargamos con el producto final de esa síntesis. Y no. Cargamos, a lo sumo, con un deshacerse. Un deshacerse propio pero prestable. Que ni pesa. Porque es un movimiento.  “La abnegación o suspensión del yo está bien, creo, mientras no se haga en solitario: una abnegación selectiva que se lleve consigo (como un tornado o un hoyo negro) un par de cosas y estados del mundo”[1]. Ese era el punto entonces: no la impersonalidad que da puros rendimientos estético-orientales sino una impersonalidad, una destrucción del yo que se pueda aplicar al yo que forjan las cosas. “Que un escritor se convierta en alguien no hace sino degradarlo a la condición de limpiabotas”, dijo Walser, y  todo se juega en la connotación de ese “alguien”. Suponemos que lo dice como sinonimo de fama, pero no, se refiere a que el escritor no puede volverse alguien en sentido genérico. Un escritor nunca es alguien. O más específicamente: la escritura no es la conexión entre alguien y un texto. Así que mejor creamos que Michaux decía lo suficientemente dentro de ti en un sentido no espiritual. Digamos que el sentido de tal frase puede ser matizado con esto que dice Merleau Ponty: “En el escritor el pensamiento no dirige al lenguaje desde fuera: el escritor es el mismo como un nuevo idioma que se construye” Por mi parte, envalentonado por estos párrafos que ahora que lo pienso podrían funcionar como prólogo y tratando de seguir la idea práctica con la cual comencé, debería amarrar todo este asunto, estos diarios, para mandarlos a cuanto concurso y fondo haya por delante, no porque considere que haya aquí reflexiones invaluables o que se adscriban o inauguren cierto estilo literario, sino porque es verosímil,  y sobre todo porque podría encaminarme hacia donde intuyo debo ir. El futuro se acerca como un ebrio con un cuchillo que viene corriendo de frente hacia nosotros. Corre lento si, se tambalea, pero seguro que llega. Digo, en mi caso es un ebrio con un  cuchillo, pero en otros puede ser un camión, una jauría de perros salvajes, o una abeja. Todo depende de cuánto se quiera conseguir. Eso da la medida de cuánto se puede perder. Y para mi escribir es una buena manera de mantener la vista fija en ese cuchillo y en ese tambaleo que, obviamente, es mi tambaleo, y no viene del futuro, del mismo modo que uno ni vive en línea recta ni tiene nada que perder, del mismo modo en que no hay nada defendible en el yo y podemos -entre muchas otras cosas más- escribir como vigilia de esa destrucción, porque primero debemos fingir estar perdidos para luego notar que de hecho lo estamos.


[1] Anotación hecha en un bordecito de La gravedad y la gracia de Simone Weil.

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2003-2005

«No habia nada que deseara hacer que no pudiese igualmente dejar de hacer. incluso de niño, cuando no me faltaba nada, deseaba morir: queria rendirme porque luchar carecia de sentido para mi. Consideraba que la continuación de una existencia que no habia pedido no iba a probar, verificar, añadir ni sustraer nada. Todos los que me rodeaban eran unos fracasados, o, si no, ridículos. Sobre todo, los que habian tenido éxito. Era compasivo para con las faltas, pero no por compasión. Era una cualidad puramente negativa. Nunca ayudé a nadie con la esperanza de que sirviera de algo, ayudaba por que no podia dejar de hacerlo»
(Henry Miller, Tropico de Capricornio)

«Hay que excabar de nuevo en la vida para echar carne. El verbo ha de hacerse carne; el alma está sedienta. Me abalanzaré sobre cualquier migaja en que clave los ojos y la devoraré. Si vivir es lo primordial, entonces viviré, aun cuando deba volverme un caníbal. Hasta ahora he procurado salvar mi preciosa piel, he procurado preservar los pocos pedazos de carne que me cubren los huesos. Eso se acabó. He llegado al límite de la resistencia. Estoy de espaldas contra la pared; no puedo retroceder más. Por lo que se refiere a la historia, estoy muerto. Si hay algo más allá, tendré que reaccionar. He encontrado a Dios, pero no basta. Sólo estoy muerto espiritualmente. Fisicamente estoy vivo. Moralmente, soy libre. El mundo que he abandonado es una casa de fieras. Amanece sobre un mundo nuevo, una jungla por la que vagan espiritus flacos y de garras aguzadas. Si soy una hiena, soy una hiena flaca y hambrienta: salgo de caza para engordar.»
(Henry Miller, Trópico de Cáncer)

«Pero ante mi seguia caminando el viejo invalido haciendo los mismos movimientos renqueantes. Comenzaba a irritarme ya tener delante de mi tanto tiempo al cojo. Parecia que su caminata no habia de terminar nunca. Tal vez se hubiera fijado la misma ruta que yo y tendria que tenerlo ante mis ojos durante todo el camino. En mi exasperación, me parecía que, al cruzar cada calle, disminuia la marcha un poco, como si quisiera ver que direccion tomaba yo. Despues volvia a balancear en el aire su paquete y reunia todas sus fuerzas para avanzar. Cuánto más andaba y más miraba aquella obsesion de hombre, más irritado me sentía contra él. Experimentaba la sensación de que poco a poco me quitaba mi buen humor, y al propio tiempo arrastraba consigo, en su fealdad, la pura y hermosa mañana. Tenía el aspecto de un gran insecto cojo que quería hacerse a la fuerza un sitio en el mundo y conservar toda la calle para él solo. Al llegar ambos al final de la cuesta, me detuve; no quería dejarme conducir por más tiempo. Me volví hacia el escaparate de una tienda y me paré, dejando que el hombre siguiera su camino. Cuando me dispuse a marchar, al cabo de unos minutos, me lo encontré delante; también se había detenido.»
(Knut Hamsun, Hambre )

«Se levantó y se marchó con las chicas. Yo cerré los ojos y escuché el rumor de las olas. Miles de peces devorándose unos a otros. Infinidad de bocas y culos comiendo y cagando. La tierra entera no era mas que bocas y culos devorando y cagando. Y jodiendo.
Me di la vuelta y observe a Jim con sus cinco chicas. Estaba de pie sacando el pecho y luciendo sus pelotas. No tenia mi pecho de barril ni mis fuertes piernas. Era esbelto y delgado, con su pelo negro y su traviesa boca repleta de dientes perfectos, sus pequeñas orejas y su largo cuello. Yo no tenia apenas cuello. Mi cabeza parecía asentarse directamente sobre los hombros. Pero yo era fuerte. Y sin embargo no lo suficientemente bueno, a las damas les gustaban los dandies. Si no fuera por mis granos y mis cicatrices, estaría junto a ellas mostrándoles un par de cosas. Les mostraría mis pelotas y haría que todas sus cabecitas huecas se fijaran en mi. En mi, con mi vida de 50 centavos semanales

(…)

Era difícil para mi creerlo. Cuando se acabó el recreo me senté en clases y pense acerca de ello. Mi madre tenia un agujero y mi padre tenia una picha que echaba jugo. ¿Cómo podian tener cosas como esas y andar por ahí como si todo fuera normal, hablando de cosas, y luego haciendo eso sin contárselo a nadie?. Me dieron verdaderas ganas de vomitar al pensar que yo habia salido del jugo de mi padre.
Al día siguiente, la señorita Westphal me pidió que me quedara acabada la clase. Tal vez quiera hacerlo conmigo, pensé.»
(Charles Bukowski, La senda del perdedor)

«-¿Le gustan a usted las canciones de la calle? -preguntó de súbito Raskólnikov, dirigiéndose a un viandante, un hombre ya maduro, que había estado escuchando a su lado y tenía el aspecto de mirón desocupado.
El hombre le contempló de manera extraña, muy sorprendido.
-A mi me gustan -prosiguió Raskólnikov, pero como si no se refiriera a las canciones de la calle-; me gusta oir cantar al son del organillo en un atardecer frío, oscuro y húmedo de otoño. Ha de ser húmedo, cuando toda la gente de la calle tiene cara de enfermo, palida y verdosa; o mejor aún, cuando cae nieve mojada, completamente vertical, sin que sople el viento, ¿sabe?, y a través de la nieve brillan las farolas de gas…
-No sé… Usted perdone… -tartamudeó el viandante, asustado tanto por la pregunta como por el aspecto de Raskólnikov, y pasó al otro lado de la calle.»
(Fedor Dostoievsky, Crimen y castigo)

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X: Que estupidez llorar y diría que es llorar con querer, con querer sentir que se siente, llorar como con una película, tener la ficción de que se siente y la satisfacción conveniente de ello (…) aunque no igual tiras el palo de yo sensible, no como otros (uno), como si ir a una marcha de algo fuera la gran cosa suponiendo que llegaras a ir como no fuese algo que se acomodara a tus horarios y animo del momento (…) es fácil putear a los gendarmes cuando no es uno el que convive en esa realidad con esta gente que como dice Villegas son como de otra especie , y lo son …no será culpa de ellos será culpa de la gente como piñera jajajaa o como el caballero que lee, que lo que sobra de capacidad mental y sensibilidad le falta de capacidad de acción al final uno es tanto más individualista que el señor piñera, a quien si le tuviera que tirar chuchas hoy le diría entremedio que como pretende ayudar a esto si rebaja el presupuesto para los jardines infantiles gratuitos que puso la mami bachelet o que ya que seguro harán el procedimiento de identificación por adn en un par de días aprovechen de hacer el de un tipo que murió en un incendio hace como 6 meses en Valdivia y que la familia sigue esperando el examen de adn protocolar para que le puedan entregar el cuerpo ….aah y ni hablar de la prensa ni verguenza les da.

Y: Pero si te ponis a reflexionar obvio que cualquier manifestación es arbitraria pos, y que mueren gueones todos los días, y que si fuera por eso uno debería acongojarse cien veces más cuando por ejemplo mueren 300 personas en una estampida humana que fue lo que paso hace unas semanas en alguna ciudad que no me acuerdo ahora…. pero no pos, uno selecciona, llora su perímetro, un perímetro físico y simbólico, y en este caso por ejemplo a mi me afecta oír a un reo llorar en vivo y decir que sentía el olor de la carne quemada y oírlo quebrarse…. me importa más que otras muertes sobre todo porque esos gueones ya estaban muertos pal mundo y mas encima se mueren de nuevo, sobre todo porque morir quemados igual debe ser un poco mas penca que morir de un paraguazo en un choque o no sé…. sobre todo porque podrían haberlos sacado antes pero los gendarmes dieron la cacha, no dejaron subir altiro a los bomberos, y una serie de fallas que NO TIENEN MUCHO QUE VER CON INDIVIDUOS PARTICULARES SINO CON PROCEDIMIENTOS INSTITUCIONALES cachai…. nada que ver el individualismo ahí, por eso la pena-rabia que tiene que convertirse en reflexión… nada que ay todos son seres humanos y yo también soy individualista y si yo fuera gendarme sería tonto y si yo fuera piñera seria… pico… las cárceles están profundamente mal, muchas cosas están mal, y aunque uno no sea un ilustrado revolucionario que sale a la calle con cartelitos lo que hace es cargar en su propio animo con las cosas que van pasándole al mundo, no como un mártir obvio, porque no estoy llorando ahora ni caí en depresión por la guea, pero… como sea… ya me cachaste mi humilde punto yo cacho.

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curicó vs temuco

Domingo de estadio. Curicó Unido vs Unión Temuco. Bruno, amigo de Bruno, más mi hermano. Vamos a lo barato no más, a galucha, mi papá está en frente, en la parte nueva, nosotros al sol, llegamos tres horas antes del partido y aún así no conseguimos las mejores posiciones, trato de mantener entretenido a mi hermano para que no se desmaye o le venga alguna crisis, lo noto raro, hace mucho calor, y está su miedo a los escalones, a estar en altura, no dejaron entrar botellitas de agua y hace sed, absolutamente inverosímil, pero me gusta verlo lejos del pc si, lejos del counter strike con esos audífonos con micrófono como de operador de call center o de chayam gritándole a niños peruanos españoles mexicanos gritándoles como si él fuera el jefe de una oficina y parece que lo es porque él paga el server del grupo y, eso, larga y calurosa espera, 16:30 pitazo inicial, baja una bandera gigante que cubre toda la galería, parte de arriba y la vamos desenrollando hacia abajo, marginales prende y cantamos, quedamos todos cubiertos y gritamos y le pegamos para que del otro lado crean que está todo pasando, y quizá así es, luego sube la bandera y a los cinco minutos gol, vamos conchetumadre, vamos Curicó gueón, vamos mierda, digo al aire, a un enemigo imaginario, al que también le pego unos combos así hacia abajo, así, vamos, vamos, y a cada vamos un combo. Abrazo a mi hermanito también se gana unos combitos de felicidad también me gano unos combitos porque sí. Al entretiempo hay que ir a abastecerse de agua en el baño que está repleto pongo la cabeza bajo la llave directo al cuello que caiga hacia abajo alcanzo a llenar un vaso de plástico con agua mi hermano sólo alcanza a mojarse de pronto están todos cantando y saltando en el baño y nos tiramos agua como si fuéramos una manada totalmente inofensiva consigo misma. Finalmente ganamos 2-1, esperamos a que se vayan todos para sentirnos dueños del estadio, vemos emerger unas regaderas desde el pasto mismo, algo nunca visto por mí, como si fueran submarinos circulando por debajo del pasto y asomando sus tubitos, el estadio se vacía casi por completo en 10 minutos pero no alcanzamos a estar más porque unos robocops vienen correteando a las ultimas personas de una manera no muy amable, pasamos al baño para una última mojada y ahí entran ellos, grandulones y forrados, ¿creerán que nos vamos a quedar toda la tarde aquí?

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noviembre (15-30)

Unos cortos de Scorsese gratis en la cineteca. Cinco personas en total. Los dos primeros con subtítulos en francés. Pienso en pararme y largarme pero nadie se para. Quizá se equivocaron y lo rectificaran en el camino. Algo se entiende y al final The big shave algo salva.

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D solo en el patio sentado en una banca mientras todo el cuarto medio está en una celebración que les hicieron los primeros básicos creo. Me acerco y me siento con él. Pese a que ya todos tienen permiso para ir vestidos como les dé la gana (es el ultimo día) D continua yendo de uniforme. Hablamos un rato. No hallé una manera no agresiva de recomendarle la senda del perdedor de Bukowsky.

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En el tren. Día nublado y luminoso. Casas rápidas que pasan por la ventana. Como un videoclip de nada un perro revolcándose en la tierra luego un patio seco sin nadie luego una señora barriendo luego dos niños que llegan con la bolsa del pan. Después dejan de haber casuchas y aparecen las industrias, incomentables y muertas. Parece que alguien va escuchando Luzmila Carpo en el asiento de adelante. Parece que se va a poner a llover en cualquier momento. El señor a mi lado tiene el Clinic al borde del abismo de su pierna. Va durmiendo. Cuando se le caiga y despierte se lo pediré prestado. Quiero ver si hay algo de Claudio Bertoni o Marcelo Mellado.

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Pensé que al hacer esta última clase expositiva me iba a sentir más liberado pero nó. Es extraño. Como cuando pensé que salir de cuarto medio me iba a hacer sentir algo.

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Oliendo el café de otros mirando potreros y sembradíos con la frente pegada a la ventana del tren.

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Interés. Inter est. Estar entre. Entre que me intereso y nó.

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Hermano y amigo de hermano en el play. Se veía en blanco y negro y google nos enseñó cómo cambiarlo de pal a ntsc. Las señoras (madre, tía y abuela) en el patio. Traspaso citas de Derrida al Word para matar el tiempo mientras espero a Bruno.

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“Ya voy lavadora ya voy
Ya voy microondas ya voy
Ya voy teléfono ya voy”
(Madre)

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Curicó vs Iquique sonando en la radio.
Movida por el viento la punta lacia del árbol barre el techo.

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Miro a este perro postrado en su caja y en realidad no me gustaría nada que se muriera. Ni camina pero cuando lo hace se tambalea y se cae como si no se diera cuenta que ya nació. Pobre. Según el amigo de mi hermano que sabe de estas cosas tiene un gusano o muchos gusanos en el cerebro.

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Todo puede dejar de hacerse en cualquier momento. Y por eso lo hacemos.

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Si escribir es mentir, todo es mentir.

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Seo-ri: el derecho a robar (sólo lo justo) de los desposeídos.

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Desperté, ni siquiera meé, y fue lo primero que fui a ver. Le tiro aguita con la mano en la cara pero nada. La muevo para ver si reacciona. Hasta le grito, pero ya está como dura la panza y la lengua afuera y. Mal. Tenía un mes y medio. Una sola lagrima me cae, mientras la envuelvo y pienso en mi hermano que hasta le hizo un facebook ya. Y, más que pena, un cierto horror, un ¿y-esto-era-todo? que siento que el perro debería sentir pero menos mal que no, que nada.

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Se muere en los otros. Se muere en las cosas. No hay muerte en-sí-para-sí.

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“Trenzas sujetan mi anochecer de caspa y agua colonia” (Pizarnik)

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Si mi hermano no le hubiera hecho un facebook a la perrita no me daría tanta pena.

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«Who’s ever written a great work about the immense effort required in order not to create?» (Slacker, Richard Linklater)

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Si ya la vi como 5 veces y si son las 4 de la mañana y si más encima es con comerciales, ¿Por qué chuchas igual termino viendo Yo, robot? ¿Ah?

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Mucha sociabilidad el fin de semana. Del viernes rescato la caminata con latas de cerveza las risas y sobre todo el proyecto de juntarse con F Y Ch a estudiar tratados de filosofía. Partiremos con Spinoza. Sábado: la verosimilitud de que exista algo así como el hombre-minoría, alguien con record guines de minorías, algo así como un mapuche gay judío manco hegeliano etc. La idea es trillada pero Ag dió con el concepto justo. Y el Domingo: L que me enseña que no sólo se puede rescatar desodorante con tapitas de lápiz bic desde la parte de arriba y de adentro de la barra sino que también es posible meter una cuchara o un cuchillo y rescatar desodorante desde el interior del envase. Un descubrimiento notable para periodos de pobreza. Si alguna gente junta colillas para fumar cigarros porqué no he de poder reciclar mi propio desodrante.

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Lunes 29. FC Barcelona 5 Real Madrid 0. Pataletas de Cristianito Ronaldo que incluso llegó a empujar a Guardiola. Un Barcelona en éxtasis, en trance, un solo cuerpo conectado por un balón.

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Me da tanta risa leyendo a Levrero a veces se entusiasma contando sueños y se enreda y le queda un descalabro de relato y en el mismo momento que lo estoy pensando y justo para cerrar el párrafo pone “Ya estoy escribiendo para el carajo”

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Hartos párrafos borrados esta vez, harta censura para este momento de trasladar desde el word al blog, es decir, harta queja contra mí mismo, harto superyó que me reservo (pero lo que me reservo es más una mismidad que una gravedad. O lo grave es la mismidad misma. O. Como sea)

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